domingo, 28 de junio de 2015

¿Si existe el pasto más verde?

El post de hoy va dedicado a C. Si mandé mensaje al celular que no era, mis disculpas. Si le pegué al que era, ni modos. Ya se perdió la oportunidad de hablar.

Hoy me estaba acordando de hombres con los que he estado antes, sin importar que hayan sido parte de mi vida unas horas, menos de seis meses o más de un año. Pensé en porqué habían estado ellos conmigo y yo con ellos y resulta que no lograba encontrar una explicación exacta de los motivos que llevaban a una parte o a otra a juntarse. Me explico: en algunos casos era una atracción meramente física y/o sexual. En otros casos nos uníamos por estar pasados de copas. O porque teníamos un gusto en temas de música/arte/libros particular y que se compartía. Porque los seducía mi mente más que mi cuerpo o mi cara.
O un beso nos llevaba a querer perpetuar lo que fue una chispa momentánea. Un baile que buscaba recuperar la dulzura de la novia que se fue.

Todas estas fueron razones válidas en su momento, pero mirando hacia atrás, me di cuenta que por más que un hombre reuniera dos o más de estas justificaciones o motivos para hacer parte de mi vida y yo parte de la suya, ninguno de ellos me llenó por completo y yo tampoco pude cumplir expectativas: se me hizo de lado por ser intimidante al exigir un mejor desempeño sexual. Poco dulce. Contradictoria. Ocupada. Que no logré hacer aparecer chispas en los ojos del otro al verme. Soltera (en el caso de los casados). Inconstante. Perdida. Poco femenina.

En su momento, cada una de estas razones me dolió en lo más profundo. ¿Porqué era yo así? ¿Porqué no podía complacer por completo a los demás? ¿Que tenían otras mujeres que no tuviera yo? Me azoté pensando en todas las fallas que tuve y tenía frente a ellos y después me mamé de la pendejada y me puse a pensar en lo siguiente... Yo era así por razones que no pude controlar sino hasta mucho tiempo después y que no pude controlar sola en su momento: los problemas en la casa me hicieron fuerte, agresiva en muchos casos y con un genio muy complicado (que ya está mucho más controlado) pero al final del día he salido sola de tres episodios depresivos y de asuntos de auto estima y de auto imagen, más consciente de lo que puedo ofrecer y de lo que no, a su vez más a gusto con lo que veo en el espejo. No necesito de otra persona para resolver mis problemas y mucho menos alguien que me niegue la ayuda para enfrentar a mis demonios, y no necesito que me digan que no soy dulce sin conocerme a fondo: soy fuerte, pero soy vulnerable hasta la médula. Esa es una.

(Esta va para H: normalmente me la paso sola, así que el hecho de hacerle un campo a alguien es mucho para mí. Si se me va a juzgar por estar ocupada y no dedicar tiempo suficiente, se pueden hablar las cosas y no hacer pataleta. Pero esto también es bueno: significa que no me voy a contentar con un hombre que no pueda darme lo que necesito, incluyendo mi propio espacio).

Fui considerada como una persona inconstante y perdida, además de incapaz de hacer despertar pasiones encendidas en el otro. Aunque no me justifico, si puedo explicar la motivación detrás de este comportamiento: soy inconstante cuando lo que hago no me gusta, cuando veo que no va para ninguna parte o cuando me aburro de lo que me rodea. Cuando digo que me mamé de dar y de dar y de dar y no recibir nada a cambio. Si, existían orgasmos y habían momentos buenos pero me dí cuenta que no puedo vivir solo de placer físico. ¿Donde quedó una llamada, una invitación? Muy pocas veces he recibido flores en mi vida, y aun menos las he recibido de un hombre: no es porque no las merezca, sino porque ninguno de ellos creyó que yo las recibiría, o que yo no era chica de flores ¿Quizás? No lo sé, pero si he logrado entender que no tengo que dar tanto y que tengo todo el derecho a perderme si las cosas no me gustan. Y no tengo porque rogarle a nadie que me quiera o que me busque: si ha de llegar el que me quiera buscar, que llegue. No tengo afán para que me encuentren.

Además, ¿quién les dijo que porque no me la paso con pelo largo, con escotes profundos, maquillada o como princesa no soy femenina? No lo soy porque me crié con ropa de hombre. No soy femenina en rasgos secundarios porque no tuve ejemplos claros para serlo. Me siento muchísimo más cómoda en ropa que no corresponde a la de mi género porque si. Me gusta raparme porque me desespera tener el pelo largo en días de calor y tengo demasiado pelo como para andar por la vida con greñas largas. No tengo porque conformarme a seguir el modelo de las demás mujeres y por lo tanto no tengo que verme como las demás.

Lo cual me lleva a cuestionarme el porque me sentí mal cuando exigí mejores cosas en la cama o porque he sido contradictoria. Uno tiene todo el derecho a pensar una cosa y después decidir otra siempre y cuando las decisiones no afecten de manera significativa la existencia de los demás. ¿Qué dije que quería estar libre como lechuga pero después pensé que sería más bonito si me llamaban, y eso es malo? O porque quise cambiar de opinión en un momento dado sobre lo que quería en la cama o fuera de ella. Vayansen al carajo los que me rechazaron por ser así: yo no soy ni blanco ni negro, sino gris.

Yo tengo el derecho a exigir si no me siento plena, satisfecha o si quedé a medio camino entre el ¡Ah! y el ¿Huh?. Reconozco que me encanta el placer corporal y si estoy dandolo todo en la cama quiero que la otra persona también sea así. Si no se puede aceptar la crítica y crecer a partir de ella, paila: esto incluye codazos, reclamos y la clásica pregunta del ¿Te gustó?. No. Se vale preguntar y se vale responder, pero si no puedo ser como soy en la cama o si por serlo recibo crítica, flan fatal. Soy agresiva, me mojo fácil, hago reguero, grito, quiero ensayar cosas nuevas: puedo moderarme, pero lo que no puedo hacer es dejar de ser para agradar. ¿Cuál sería el chiste de tirar conmigo entonces?

En conclusión...

Puede que el pasto haya sido más verde antes, pero no por eso tengo que volver a pastar donde lo que encontré muchas veces no fue pasto, sino hiedra. Esta es otra forma de decir que segundas partes no son ni fueron ni van a ser buenas y que por lo tanto yo no tengo nada que hacer al buscar al ex (novio, amante, lo que fuere) para que me recuerde cada que lo veo las razones exactas de que ya no lo pueda ver ni en Paint.

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