lunes, 18 de abril de 2022

Like Clockwork, 2.5

 La historia anterior llegará a su final muy pronto. Iba a escribir ésto ayer, pero algo llamado sueño y una cita el sábado y el cansancio me llegaron: ayer habría celebrado mi primer año de casada, y a veces aún me pregunto qué vida tendría yo, atando mi destino y mis días a una persona que me había demostrado que no quería realmente estar a mi lado. 

Que al no ser lo que él esperaba que fuese, no era suficiente para él: decía E., que él era muy exigente para las parejas, y que si yo no era lo suficientemente linda, o inteligente, o lo que fuese, él no tendría porqué estar conmigo. Qué manera de invalidar tienes, Zhenya...que poco hombre fuiste. 

De nuevo, ésta es mi versión de los hechos. Si alguien quiere la de él, búsquenlo. Ya no hacemos parte de la vida del otro, y no tiene porqué importarme lo que él piensa: si soy una loca mentirosa o no, si soy una mocosa malcriada o no. Ya entendí, por fín, que el hombre con el que me iba a casar y a tener hijos, nunca me amó en realidad. Que siempre siempre sería la loca de mierda que lo rompió todo: no la reina, no el amor de la vida. 

¿Cómo terminó todo esto?

Quedamos en que E., me terminó por haber bajado una página. Por poner mis límites por encima de sus deseos y órdenes, así haya sido al final de las cosas. Yo estaba destruida, y él quería seguir siendo mi amigo. ¿Para qué? ¿Para qué ser mi amigo, si me trataba de hablar y de "guiar" por la senda del bien, dándome consejos y queriendo mantener ese canal de conversación abierto...para qué? ¿Para qué ser mi amigo, si era el hombre que amaba y que se supone me amaba a mi? Yo no quise saber más de él por un tiempo, porque sabía en el fondo que usar a la persona que acaba de romperte el corazón para sanarlo no es sano. Alejo e I., también lo entendieron bien, y cortamos todo contacto con él y su mamá. Aún él a veces veía mis stories en Instagram y le daba algún like a mis entradas del Facebook, pero no hacía más. 

Yo empecé a ir a terapia y a entender que actué desde la emoción, no desde la razón. Que fui, fuimos, infantiles. Que ninguno de los dos estaba listo para un compromiso tan serio como el matrimonio, ya que no existía un divorcio real de nuestros respectivos padres: hemos sido amantes, y hemos adquirido roles que no nos han correspondido. Por ello es tan complicado tener una pareja estable en ambos casos. Entendí que había sido princesa dentro de una torre: de una torre familiar, donde los demás siempre me han controlado y dicho qué hacer y qué no. Y con el matrimonio y la convivencia como me la ponía E., estaría entrando a otra torre familiar, donde me dirían qué hacer y qué no, de la casa de papá a la casa de papá. Dos personas que están unidas por un vínculo de sangre y de tiempo que yo nunca iba a poder romper: así quisiera, no había forma de romper esos lazos que unen. Yo sería siempre la enemiga. La que destruía familias y hogares. La de costumbres diferentes. Rebelde: que fuma y toma y tiene tatuajes y siempre fue transgresora y que quería una familia y un hogar, pero no bajo esas condiciones. 

Empecé a entender mi forma de amar, de mis vacíos y de cómo me había relacionado con el otro, que también tenía vacíos y carencias. A los dos nos faltaba sanar los demonios de la infancia y de relaciones pasadas: es un trabajo que tomará mucho tiempo en mi caso. ¿En el de E.? Para él, todo está bien porque ya le entregó su vida al de arriba, y él siente que en las relaciones siempre ha hecho las cosas bien: siempre las demás somos las que tenemos algún video en la cabeza. Cuando terminamos la primera vez, solo se limitó a decirme que sentía que lo había hecho todo bien, y que si me había ofendido en algo que me dijo, pues me perdonaba y que yo lo perdonase a él, y ya está. No, grandísimo animal: no está. 

Así pasaron cuatro meses. Cuatro meses en los que lloré, estuve triste y feliz, y pensando en viajes y en proyectos y en mi vida. Cuatro meses en los que besé a un hombre diferente a Zhenya y traté de acostarme con él y no pude. Cuatro meses en los que sentía por momentos que no tenía vida si no era al lado de él. 

Un día, mi amiga S. me envió un post después de contarle sobre lo que había sucedido. Ella se está divorciando del padre de su hijo, y la imagen decía algo como "Ganas no me faltan de salir corriendo a buscarte, pero no sé si realmente te hago falta". Me fuí a dormir, tranquilita. Al día siguiente, vi un poema de los suyos: decía que se despedía del amor, que preferiría no haberme conocido para no tener este dolor, que me perdonaba y que se perdonaba y que ya la Razón le decía que no podía esperar más. Yo me emputé, y quería responderle: no podía creer lo que estaba leyendo. En retrospectiva, fue una trampa de su parte: yo terminé por buscarlo. Yo cedí y fuí corriendo a él. Si hasta él mismo me lo dijo: de no haber sido por esa imagen en el facebook, él no habría movido un dedo por buscarme. Habría dejado las cosas así, y que la vida siguiese para cada uno de los dos. También tiene que ver que su orgullo no lo iba a hacer ceder porque yo fui la mala del paseo. Yo fui quien acabó las cosas unos meses atrás: él fue la pobre vístima del destino y de una mujer perversa y calculadora y triste y confundida como yo. 

Yo, con la ayuda de la doctora Cl., le escribí una carta. Le pedía perdón, y le decía que la sonrisa más dulce del mundo era la suya. Que me gustaría hablarle y tratar de cerrar las cosas, tal vez ser amigos. Al día siguiente él me respondió y si, estaba de acuerdo: que si ya estaba yo lista para hablar, le parecía muy bien. Imbécil. Ninguno de los dos estaba listo para hablar: yo si quería intentarlo, por amor. Pero él por orgullo, nada. 

Hablamos el día antes de mi viaje a Medellín. No nos dijimos nada realmente- de sus perritos, de la artritis de la mamá y de los temas en el trabajo. Que él ya me había dicho una y otra vez mis temas del amor propio y de la falta de trabajo estable, de buscar algo que me hiciese feliz. Que me veía bien, pero que un poco más gordita. Le dije que me iba a Medellín y me preguntó a qué, que estaba buscando aventuras para mi rabo, que estaba loca. Al final, nos despedimos y me dijo que el futuro no estaba escrito. Que era un área gris. 

Me fui de viaje y todo el tiempo me escribía, me preguntaba cómo estaba. Que muy linda Caperucita, que cuidado con los lobos paisas. Al volver, me dijo que si nos vacunábamos juntos: yo tenía gripa, y en el centro de salud me dijeron que suertes. A él si lo vacunaron y a mi me tocó ver el display de poderío macho porque alguien se le coló en la fila. Yei. Nos fuimos a comer un helado y me tuvo ahí 4 horas: nos reímos como viejos amigos, y en ese momento supe que era mejor seguir así, de amigos. No una pareja que me iba a terminar de consumir, especialmente después de lo que pasó más adelante...

(Siguiente entrada) 

2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Tu eres muy hermosa para él, más de lo que se merece.

4/19/2022 4:19 a. m.  
Blogger Claudette ha dicho...

Gracias, querido o querida, donde sea que te encuentres y te lleguen mis palabras.

4/19/2022 5:34 a. m.  

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