sábado, 9 de mayo de 2015

Quattro.

Ya cada día falta poco menos para empezar a apoyar la pata pero con cada día, el ánimo está decayendo en picada.

Hoy, por ejemplo, papá me dijo que tenía que salir adelante y ver que él no se quejaba de las cosas, pero que al mismo tiempo había que dialogar de como uno se siente, y que yo no podía estar haciendo mala cara todo el tiempo. No sabía que hacer-no entendía porque me dice todo eso, sabiendo que estoy mamada de estar encerrada, y sabiendo que en este punto no puedo hacer más sino esperar hasta poner la pierna en el piso.

¿De qué puedo hablar con él, si yo sé que todo lo que diga está según él mal? No entiendo ni para qué me gasto. Siento que lo único que he hecho en la vida es defraudarlo y no sé (muchas veces, ni quiero) como remediarlo. ¿Será que en algún momento de la vida podremos vernos como amigos, y no como dos personas que no tienen nada en común y que aun así deben convivir? A veces no quisiera tener el papá que tengo: no tengo idea si él no me merece a mí o si es al contrario.

Hoy también me agarré con mi mamá, porque según ella nada en la vida le ha salido bien. Pero ella no ha querido ver que las cosas no salen bien porque no ha querido cambiar de actitud. No se deja ayudar, no quiere poner de su parte y no quiere salir de la situación en la que se encuentra. Yo no quisiera hacerle más daño, y quisiera que ella fuera diferente y más fuerte para salir adelante pero no quiere. Me dice que debería conocer gente, pero no me deja ni coger un taxi sola porque le da miedo. ¿Cómo se le dice a una persona que tiene tanto miedo, hasta de sí misma, que no lo tenga? Muchas veces desee tener una mamá diferente, pero he entendido que uno no puede desear la familia que le toca, ni cambiar a la gente que nos rodea. Así lo intente, no la puedo cambiar.

¿En qué momento me convertí en la mamá de mi mamá y en la enemiga de mi padre? Esto no se supone que estaba en el contrato de ser hijo-y es algo que no quisiera asumir del todo, pero que si me toca lo pueda afrontar con más tranquilidad de la de ahora. No duermo bien, he perdido peso, tengo la cara destrozada a punta de cicatrices, he perdido pelo y ya no me brillan los ojos. Además que se me acabó el deseo sexual, entre muchas otras cosas.

Otro post corto, porque no quiero ponerme a llorar.

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