martes, 8 de diciembre de 2009

Retomando Labores

Normalmente, la labor que se retoma implica la terminación de algo. El cerrar los espacios que quedaron abiertos, concluir ciertos procesos que no van a ver la luz en cierto momento. Retomar la labor es además, en el tejido, retomar el tejido mismo, no dejarlo inacabado.
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Retomar la labor es ahora volver a escribir. Volver a leer no sólo novelas, sino cualquier tipo de lectura que implique desafio para la mente. Hacer rompecabezas. Volver a tener un objetivo que no sea solo trabajar en algo que no es mi campo (sino más una obligación), sino hacer cosas que relamente me hagan sentir útil. Hacer ejercicio (aunque reniegue por resultados demorados) y dieta (aunque reniegue por la poca comida que veré y que me perderé en cierto momento). Cambiar de estilo. Cambiar de formas de llevar la vida. No cambiar la vida misma, sino hacerla diferente.
Encontrar una pareja estable, y no conformarme más con migajitas o con levantes que sólo buscan satisfacer una necesidad. Que no puedan suplir las demás y que por eso sólo se limiten a una sola. Admito que tengo un cuerpo que busca, que necesita y que tiene carencias grandes de afecto. Pero el afecto no está en el cuerpo: está en la mente.
Y si sigo buscando el afecto embolatado en relaciones escondidas, en hombres que suplan lo que perdí o que no tengo en mi papá, exclusivamente en el momento de lo físico y me guío solo por eso, estoy perdida.
Estaré perdida si no asumo ciertas responsabilidades en mi vida: el dinero, los horarios, las comidas. Por cambiar como me veo, y por tratar de aparentar más años de los que tengo.
Saber que soy una entre muchas más que existen en la tierra, pero que no por ello debo dejarme llevar de mañas innecesarias ni volverme gris para pasar inadvertida. Que no me debe importar si soy hermosa frente a los ojos de alguien que no vale la pena, sino solamente frente a los mios.
Esto me va a tomar un tiempo largo, tal vez otros 25 años. Pero si no tengo miedo y no lo intento, nadie va a venir a mi para rescatarme, para buscarme o para ayudarme a superar los miedos que tengo, sean estos pendejos o no, sean algo que me frene la vida. O que por el contrario, existan solo en la mente.
¿Quien me quiere ayudar? No hay recompensas de ningún tipo, solo las gracias. Y en el cambio de una vida, esas recompensas son las más ciertas y sinceras.

(To be continued)